5 jul 2014

El escenario de mis travesías

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Este artículo lo dedico a explicar brevemente cómo se formó La Manga y a destacar los valores naturales de sus dos mares, escenario de mis travesías de SUP.

Los dos mares de La Manga: Menor al oeste y Mediterráneo al este


El proceso de acumulación de las arenas que formaron La Manga empezó hace unos 125.000 años. Una serie de elementos rocosos volcánicos y sedimentarios, que habían surgido unos 7 millones de años atrás, alineados en la boca de una amplia bahía limitada al sur por Cabo de Palos, sirvió de apoyo para las arenas que, movidas por las corrientes marinas, descendían desde la desembocadura del río Segura. Las flechas arenosas que surgieron, cada vez más compactas y comunicadas entre ellas, llegaron a separar la antigua bahía del Mediterráneo abierto, formándose así La Manga y la laguna litoral del Mar Menor.

El Mar Menor y la Isla del Barón

El Mar Menor, que baña el litoral oeste de La Manga, es una laguna hipersalina de forma triangular, con 135 km2, 21 km de longitud de norte a sur, 11 km de anchura máxima y 72 km de perímetro. Su profundidad media es de 3,6 m, aunque la mayoría de sus fondos (el 56% de su superficie total) están comprendidos entre 5 y 6 m. El alto porcentaje de horas de sol que recibe esta laguna hace que sus aguas sean templadas (presentan una temperatura media de 11ºC en invierno y de 30ºC en verano) y con un índice de salinidad muy superior a las del Mediterráneo.



El Mar Mediterráneo y la Isla Grosa
Se trata de un espacio único en Europa, un frágil y complejo ecosistema con notables valores naturales, objeto de numerosas figuras de protección medioambiental que, por desgracia, no consiguen frenar las agresiones periódicas: Área de Protección para la Fauna (APF), Humedal de Importancia Internacional de Ramsar (HIIR), Zona Especialmente Protegida de Importancia para el Mediterráneo (ZEPIM), Lugar de Importancia Comunitaria (LIC), Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA).

El Mediterráneo, que baña el litoral este de La Manga, tampoco se queda atrás en cuanto a calidad medioambiental: declarados LIC y ZEPIM, los fondos de Isla Grosa-El Farallón y de Cabo de Palos-Islas Hormigas, con extensas praderas de Posidonia oceanica y espectaculares restos de naufragios, son algunos de los mejores lugares del Mare Nostrum para la práctica del buceo.

Y ahora... ¿echamos la tabla al mar? 

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