25 ago 2014

Del Pedrucho al Estacio por dos mares


Localización de la travesía del Pedrucho al Estacio
Imagen: Cartomur, modificada por Antonio Martínez "Xaloc"

El punto de partida y de llegada de esta travesía por los dos mares que bañan La Manga es el km 9 del cordón litoral. Saldremos de la playa del Pedrucho, a orillas del Mediterráneo, y remaremos 3 km hacia el norte, hasta llegar al dique de Puertomayor, en el km 12. 

En esa zona, una de las más estrechas de La Manga y conocida con el nombre de Matas Gordas, "saltaremos" al Mar Menor y continuaremos nuestra remada hacia el norte 1 km más, hasta llegar a la gola del Estacio, en el km 13. 

En la boca del Estacio giraremos y remaremos rumbo al sur, volviendo a Matas Gordas y costeando el litoral marmenorense de La Manga hasta la cala del Pedrucho, en el km 9. 

Las fotos corresponden a julio de 2014, aunque las del chiringuito Verano Azul son de julio de 2015.





Travesía del Pedrucho al Estacio por dos mares
Imagen: Cartomur, modificada por Antonio Martínez "Xaloc"

Travesía del Pedrucho al Estacio por dos mares
Imagen: Google Maps, modificada por Antonio Martínez "Xaloc"

Estamos a 13 de julio, domingo, y el amanecer augura un día espectacular para el SUP: ni una sola nube y mar totalmente en calma. 

El Mediterráneo, con la isla Grosa, a la salida del sol

Pero al avanzar el día, abundantes nubes algodonosas hacen su aparición y desfilan rápidamente sobre La Manga. Sin perder tiempo, entramos con la tabla en el Mediterráneo y remamos hacia el norte, costeando el barrio del Pedrucho.

Tramo central de la playa mediterránea del Pedrucho, nuestro punto de partida

Núcleo norte del barrio del Pedrucho, visto desde el Mediterráneo

Dejamos atrás el barrio del Pedrucho

Una vez superado el primer km de nuestra travesía, llegamos frente al chiringuito La Paillote, en el km 10 de La Manga, aún desierto pero ya preparado para la jornada playera. 

El chiringuito La Paillote antes de la hora de apertura, perfectamente ordenado

A partir de La Paillote remamos frente a una zona de chalets donde la ocupación suele ser muy baja, incluso en un domingo de pleno verano, como hoy. ¡Ventajas de tener doble frente marino!

Remando frente a los chalets entre La Martinique y Pueblo Cálido

¡El tramo de playa entre El Pedrucho y Pueblo Cálido nunca se llena!

Justo antes de llegar a la urbanización Pueblo Cálido, por encima de las dunas de la fachada mediterránea de La Manga vemos las palmeras que bordean la orilla del Mar Menor. Se trata de uno de los puntos más estrechos de todo el cordón litoral.

Dunas de Pueblo Cálido, en primera línea del Mediterráneo; las palmeras,
en primera línea del Mar Menor. ¡Dos mares a solo 100 metros!

Continuamos nuestra travesía hacia el norte, costeando el barrio de Pueblo Cálido-Las Brisas, donde reaparecen los edificios demasiado cercanos al mar: con temporal de levante las olas llegan casi hasta las casas. Y hablando de temporales: el que azotó La Manga el 25 de agosto de 2007 hizo aflorar, justo en estas aguas por las que ahora remamos, los restos de un supuesto naufragio a unos metros de la urbanización Las Brisas. Los técnicos del Museo Nacional de Arqueología Marítima, tras estudiar los restos de madera, llegaron a la conclusión de que pertenecían a un velero mercante de principios del siglo XX, de 25-30 m de eslora: quilla (la "columna vertebral" de la embarcación), cuadernas (las "costillas" del barco, que se disponen en sentido vertical, con la curvatura típica del casco) y tracas (maderas más delgadas que forran el exterior del casco para hacerlo estanco). ¿Un pailebote dedicado al comercio de cabotaje que zozobró durante un temporal? ¿O simplemente lo abandonaron al final de su vida útil, como se hacía a menudo por esta zona? Nunca lo sabremos...

Remando frente al barrio de Pueblo Cálido-Las Brisas, donde aparecieron los restos de un mercante

Al final del barrio de Pueblo Cálido-Las Brisas llegamos al km 11, donde el gran arco que describe el litoral mediterráneo de La Manga cambia ligeramente de dirección, formando el saliente arenoso de Punta Seca. Este topónimo parece tener relación con el cegamiento por arena del principal punto de comunicación entre las aguas del Mar Menor y del Mediterráneo hasta el siglo XVI, que se encontraba por esta zona y recibía el nombre de Gola Mayor. El término gola, que es de origen catalán como otros del entorno, significa garganta y localmente se aplica a pasos o canales entre la laguna y el mar abierto. La Gola Mayor, por una Real Provisión de los Reyes Católicos de 21 de febrero de 1491, confirmada por la Real Ejecutoria de su hija Doña Juana de 29 de abril de 1513, sirvió de límite entre las jurisdicciones de Cartagena y Murcia, que rivalizaban por el control de los recursos pesqueros. Y es que por la gola circulaban mújoles, doradas y magres, peces que desde el Mediterráneo buscaban la calidez de las aguas marmenorenses para desarrollarse. Al cegarse el canal, el límite físico entre Murcia y Cartagena en La Manga desapareció, circunstancia que aprovechó la primera de las ciudades para extender sus dominios hacia el sur del cordón dunar. 


A partir de Punta Seca la playa recupera toda su amplitud, coincidiendo con otro barrio de chalets. 

El tramo de playa a continuación de Punta Seca

Desde aquí, si miramos a levante, observamos la isla Grosa realmente cerca de nosotros, a escasos 2,5 km. Tiene 18 ha de superficie, 98 m de altura máxima, 600 de largo y 400 de ancho. Forma un cono volcánico perfecto pero bastante erosionado, cubierto en un 60-70% por matorral de tipo espinoso. A su izquierda (aunque en realidad está al noreste) distinguimos la isla más oriental del litoral murciano: El Farallón, un peñasco puntiagudo horadado en su parte más abrupta y separado de la Grosa por un canal de 600 m de anchura y de entre 19 y 23 m de profundidad.

La isla Grosa, amenazada por las nubes; a la izquierda, El Farallón

Alcanzamos los edificios Playa Príncipe y su paseo marítimo, que por suerte se construyó por detrás de las dunas, dejándolas intactas. Llegamos frente al polideportivo municipal, en el km 12 (el municipio al que pertenece La Manga desde el km 4 hasta el km 18 es San Javier).

Los edificios Playa Príncipe y a la derecha, el polideportivo municipal

Justo al lado del polideportivo se encuentra el chiringuito Verano Azul, que destaca por su color blanco, su bicicleta en el techo y... ¡por su buena cocina!


Mi tablica descansando frente al chiringuito Verano Azul. 

Así lucen La Grosa y El Farallón desde Verano Azul. ¡Bonito cuadro!

Seguimos remando y a los pocos metros la playa se ve interrumpida por un dique que se adentra en el Mediterráneo: se trata del dique sur de Puerto Mayor, un puerto deportivo proyectado en 1975 sobre terrenos ganados al mar y que nunca se ha concluido, tras años y años de parones por problemas administrativos y ambientales. Antes de la construcción de los diques, la playa continuaba 2 km más hasta la Punta del Estacio, conformando un fondeadero natural delimitado por dicha punta rocosa y dos islotes llamados Los Escolletes. En 2005 el Ministerio de Medio Ambiente paralizó las obras con la intención de que se demoliera lo construido y se devolviera al tramo de costa afectado su aspecto original, pero desde entonces todo el recinto sigue igual, conteniendo un tramo de playa en su interior. ¿Veremos alguna vez el fondeadero del Estacio como estaba antes de 1975? 

Desembarcamos en la playa y con la tabla bajo el brazo caminamos por la arena en dirección a la Gran Vía, que cruzamos para alcanzar al Mar Menor. Se trata de un trayecto de escasos 100 metros, en uno de los puntos más estrechos de La Manga. 

El polideportivo preside nuestro recorrido por la arena desde el Mediterráneo hacia el Mar Menor

Ante nuestros ojos se despliegan el Mar Menor y la playa bautizada turísticamente como Mistral (viento del noroeste, también llamado maestral). El nombre histórico de la zona era el de Matas Gordas, que tiene su origen en los bosques de sabina de las dunas, enebro marítimo y pino carrasco que cubrían La Manga hasta finales del siglo XVI, cuando fueron talados para evitar que los piratas berberiscos aprovecharan su espesura como escondrijo. Desde entonces solo se ha conservado la vegetación dunar de menor porte, hoy en día también amenazada por la expansión urbanística. La buena noticia es que tanto la sabina de las dunas como el enebro marítimo vuelven a estar presentes en ciertas zonas de La Manga, gracias al proceso de repoblación iniciado hace poco.

Al entrar en la playa Mistral-Matas Gordas vemos ondear una bandera con la letra Q, que indica que posee la certificación de calidad turística del ICTE (Instituto para la Calidad Turística Española) por los muchos servicios que ofrece: agua potable, alquiler de hamacas, sombrillas, bicicletas, motos y patines acuáticos, circuito deportivo, lavapiés, pasarelas y rampas de madera, puesto de socorrismo, punto de información turística, zona de juegos infantiles, inflables acuáticos, el polideportivo municipal a dos pasos... ¡Pero le faltan las sabinas y los enebros de otro tiempo!

Playa de Matas Gordas o Mistral, nuestro punto de entrada en el Mar Menor

Echamos la tabla al agua y una vez superado el parque de inflables, remamos hacia el norte (a nuestra derecha) costeando una zona ganada a la laguna cuando se construyó el puerto deportivo Tomás Maestre. El litoral original quedó sepultado bajo el asfalto y hoy en día el paseo marítimo discurre directamente sobre el Mar Menor, al que se accede mediante unas escalerillas, como si de una piscina se tratara. Y eso mismo le pareció la laguna salada a Esther Williams, actriz y nadadora estadounidense especialista en natación sincronizada, famosa por sus películas musicales con espectáculos acuáticos: the largest swimming pool in the world, la mayor piscina del mundo. Los noruegos que viven en esta zona están encantados con el paseo ajardinado, con el Mar Menor y con el sol de justicia que no tienen en su tierra. Velkommen til La Manga!

Parque de inflables en el Mar Menor, frente a los edificios Puerto y Playa

Remando frente al paseo de Frente Marino, camino del Estacio

Avanzamos. A partir de un cierto punto, el paseo marítimo ya no discurre sobre el relleno, sino sobre el dique de poniente del puerto deportivo Tomás Maestre, que lo separa de las aguas del Mar Menor. Este puerto, que toma su nombre del antiguo propietario y promotor de La Manga como destino vacacional, se construyó a principio de los años 70 en terrenos ganados al Mar Menor y con la bocana orientada hacia la gola del Estacio, un canal entre los dos mares del que hablaré más adelante. Tiene casi 1800 puntos de amarre y es origen y destino de los ferrys que unen La Manga con Santiago de la Ribera y Lo Pagán (en la orilla interior de la laguna) y de los barcos que efectúan recorridos turísticos a la isla Grosa y por el interior del Mar Menor.

En el paseo del dique, que recibe el nombre de Cornisa de Poniente, abundan restaurantes de diversos estilos culinarios, cafeterías y heladerías que se animan sobre todo al caer la tarde, ya que desde las terrazas se ve la puesta de sol sobre el Mar Menor.

Las terrazas ocupan el paseo de la Cornisa de Poniente

Seguimos remando a lo largo de la Cornisa de Poniente, hasta llegar a la boca de la Gola del Estacio, en el km 13 de La Manga. El origen de este canal, hoy en día el punto más importante de intercambio entre las aguas del Mar Menor y el Mediterráneo, hay que buscarlo en una charca natural que había en el paraje del Estacio y que en siglo XIX se comunicó artificialmente hacia el mar y hacia la laguna mediante excavación. Su ensanchamiento y dragado a principio de los años 70 del siglo XX para permitir el paso de los barcos al puerto deportivo y de un mar a otro, provocó la disminución de la salinidad de las aguas de la laguna y propició el paso de especies invasoras (como la medusa "huevo frito", la medusa blanca, el alga oreja de liebre...), con el consiguiente desequilibrio ecológico. 

Cornisa de Poniente del puerto deportivo Tomás Maestre, antesala de la gola del Estacio

Una vez al borde del Estacio, giramos y remamos de vuelta a la playa de Matas Gordas-Mistral. La dejamos atrás y continuamos remando hacia el sur, costeando el litoral marmenorense de La Manga. 

De vuelta a la playa Matasgordas-Mistral, con el pabellón deportivo y los edificios Playa Príncipe a la vista

Dejando atrás la playa de Matasgordas-Mistral

Recién superada la playa de Matas Gordas y remando frente a la fachada marmenorense del polideportivo municipal (en el km 12) y los edificios Playa Príncipe, vemos que la carretera se construyó sobre la playa y discurre directamente sobre el mar, al igual que sucede en el tramo norte del Pedrucho.

Una vista general del tramo de costa marmenorense que acabamos de recorrer

Por suerte, el siguiente tramo de nuestra travesía contiene una de las joyas de La Manga: la playa marmenorense de Las Brisas, con abundante arena y bajísima ocupación (las zonas de chalets aportan muy poca población). La Manga mostrando su mejor cara. El extremo sur de la playa sí presenta una ocupación media, ya que tiene a sus espaldas los edificios de Las Brisas, que por el frente mediterráneo ocupan la zona de Punta Seca, en el km 11.

Mi tabla Starboard Blend en la playa de Las Brisas

Domingo 13 de julio de 2014, playa de Las Brisas
¿Madrugones para colocar las sombrillas? ¡Aquí no hace falta!

A mi tabla le gusta la playa de Las Brisas, no hay duda

Avanzamos y volvemos a encontrar otro tramo de carretera construido directamente sobre el mar. Afortunadamente, el asfalto se acaba y de repente nos encontramos frente a la playa de Pueblo Cálido, rodeada de palmeras (las que avistamos desde las dunas del Mediterráneo al principio de nuestra travesía) y con un pequeño chiringuito (el hermano menor de Verano Azul) donde podemos hacer una parada para tomar algo. 

La playa marmenorense de Pueblo Cálido

Dejamos atrás la playa de Pueblo Cálido y remamos frente a unos chalets hasta alcanzar el km 10.

Remando frente a los chalets que preceden al edificio Martinique

Llegamos frente al edificio Martinique y continuamos nuestra remada hasta llegar a la cala del Pedrucho, en el km 9 de La Manga y punto final de esta travesía de 8 km por los dos mares que bañan el cordón litoral. 

Llegada a la Cala del Pedrucho, fin de nuestra travesía


¡Saludos y hasta la próxima travesía!

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