29 jul 2015

De Matas Gordas a Veneciola por dos mares


Localización de la travesía de Matas gordas a Veneciola
Imagen: Cartomur, modificada por Antonio Martínez "Xaloc"
El punto de partida y de llegada de esta travesía por los dos mares que bañan La Manga es el km 12 del cordón litoral. Saldremos de la playa de Matas Gordas/Mistral, a orillas del Mar Menor, y remaremos 2 km hacia el norte, dejando atrás la Gola del Estacio, hasta llegar a la siguiente playa marmenorense.
En esa zona, una de las más estrechas de La Manga, "saltaremos" al Mediterráneo con la tabla bajo el brazo y remaremos hacia el norte 2 km más, costeando la playa del Pudrider, hasta el barrio de Veneciola.


Frente a los primeros edificios del barrio, cruzaremos de nuevo la Gran Vía para regresar al Mar Menor. Continuaremos nuestra remada 1 km en dirección norte, hasta llegar a la boca de la Gola del Charco, por la que accederemos a un canal circular que ocupa el corazón de Veneciola.
Desde este canal circular del extremo norte de La Manga urbana (km 18 del cordón dunar) saldremos de nuevo al Mar Menor por la Gola del Charco e iniciaremos el regreso, costeando en dirección sur durante 6 km el litoral marmenorense de este tramo de La Manga, hasta alcanzar Matas Gordas.


Travesía de Matas Gordas a Veneciola por dos mares
Imagen: Cartomur, modificada por Antonio Martínez "Xaloc"

Travesía de Matas Gordas a Veneciola por dos mares
Imagen: Google Maps, modificada por Antonio Martínez "Xaloc"


Iniciamos la travesía en la playa marmenorense de Matas Gordas (también
conocida como Mistral), en el km 12 de La Manga.

Remamos frente al paseo de Frente Marino, que discurre sobre el Mar Menor.

Alcanzamos la Cornisa de Poniente, el dique que separa el puerto deportivo Tomás Maestre del Mar Menor, con sus terrazas, cafeterías y restaurantes.

Llegamos a la boca de la Gola del Estacio, el principal punto de intercambio de las aguas del Mar Menor y del Mediterráneo, único paso navegable entre ambos mares, por el que se accede al puerto deportivo.
Superada la Gola del Estacio y las instalaciones portuarias, avistamos el último tercio de La Manga urbana, auténtica isla-barrera rodeada de agua por todos sus lados.

Remamos hacia la playa marmenorense del Estacio, desde la que cruzaremos la Gran Vía para pasar al Mediterráneo, que en este punto se encuentra a escasos 100 metros del Mar Menor. 

Mi tabla, en la inmensa playa mediterránea del Pudrider, que se extiende a lo
largo de 3 km, describiendo un pronunciado arco abierto al noreste.
En la playa del Pudrider sobra el espacio... Nadie conoce aglomeraciones
en esta playa de La Manga, resguardada del oleaje por la punta del
Pudrider al norte y la punta del Cocedor al sur. 

Nos adentramos en el Mediterráneo y empezamos a remar en dirección norte frente a la playa del Pudrider.

Esto es lo que vemos mientras avanzamos hacia Veneciola: un Mediterráneo totalmente plano y la extensa media luna de la playa del Pudrider, cuyo nombre alude a los restos de poseidonia que se acumulan de manera natural en esta zona.

Este es uno de los tramos más estrechos de toda La Manga: Mar Mediterráneo, playa, una línea de viviendas y...
el Mar Menor detrás.

El Mediterráneo de La Manga nos ofrece su mejor cara otoñal: verde esmeralda
y excelente temperatura a 25 de octubre. 

Remamos frente al tramo central de la playa del Pudrider, uno de los mejores de toda La Manga, protegido del oleaje de levante por una afloración rocosa llamada El Seco Grande.

Nos detenemos un instante frente al chalet conocido como "El Puente",
flotando sobre aguas cristalinas. 

Así es La Manga en otoño. Sencillamente espectacular.

Llegamos al extremo norte de la playa del Pudrider, con los edificios de Veneciola a la derecha de la imagen.

Las torres Euromarina se reflejan en el Mediterráneo.


Tomamos tierra un momento. ¡Toda la playa del Pudrider para nosotros!

Remando frente a las torres Euromarina, barrio de Veneciola.


Remamos hacia la orilla sobre unas aguas de intenso color esmeralda, por las
hojas de poseidonia que se encuentran en el fondo. En este punto cruzaremos la
Gran Vía para alcanzar el Mar Menor, caminando escasos metros con la tabla
bajo el brazo. ¡Dos mares al alcance de la mano en La Manga!

Tras cruzar la Gran Vía llegamos a la playa marmenorense de Veneciola,
con el conocido restaurante "Escuela de Pieter" flanqueado de palmeras. 

Nos adentramos en las aguas del Mar Menor y dejamos atrás la Escuela de
Pieter y las torres Euromarina, que por su fachada oeste miran a la laguna. 

Remamos hacia el norte costeando el litoral marmenorense de Veneciola,
que en este tramo se encuentra densamente edificado.

Por suerte, al siguiente tramo de la playa solo se asoman chalets, entre los que sobresalen altas palmeras. 

A continuación del tramo de chalets la playa se interrumpe: hemos llegado a la boca de la Gola del Charco, por la que accederemos al canal circular que ocupa el corazón del barrio de Veneciola.

Remando por la Gola del Charco, la tranquilidad es total. Chalets con embarcaderos particulares y un puente que parece salido de la mismísima Venecia. Esto es Veneciola, amigos SUPeros. 

El puente de Veneciola es conocido popularmente como "Puente de la Risa",
por la leve sensación de vértigo que uno experimenta cuando lo sube y lo baja
en coche. 

Así lucía el Puente de Veneciola antes de la restauración de la que ha sido
objeto en el pasado mes de junio. Este puente comunica Veneciola con una isla
poblada de chalets, el "lejano norte" y punto final de La Manga urbana,
en el km 18.

Un poco antes del Puente de la Risa accedemos al canal circular que ocupa el
corazón de Veneciola, espacio que antes de la urbanización de la zona ocupaban
las Salinas de Córcolas.  

Los edificios se reflejan en el canal circular de Veneciola, que en este tramo
se acerca al litoral mediterráneo.

Damos la vuelta y avanzamos por el canal circular en dirección a la Gola del Charco, para salir al Mar Menor y empezar
nuestra travesía de regreso a Matas Gordas.


Tras costear el litoral marmenorense de Veneciola, llegamos a Playa Chica,
donde hacemos una breve parada. 

A Playa Chica se asoma la fachada Oeste del chalet "El Puente". Su fachada
Este da a la playa del Pudrider, en el Mediterráneo. Y es que en este tramo,
La Manga apenas alcanza los 100 metros de anchura. 

¿Tahití? No, es el chiringuito de Playa Chica, frente al cual remamos en
nuestra travesía hacia el Sur. 

Nos detenemos un momento junto al chiringuito de Playa Chica, y cruzamos
la Gran Vía para echar un vistazo a la playa mediterránea del Pudrider,
que estuvimos costeando durante la primera parte de nuestra travesía.

La playa del Pudrider se despliega, inmensa, ante nuestros ojos. Así luce el
Mediterráneo de La Manga a finales de octubre. 

Hacia el Sur, la playa del Pudrider parece no tener fin. Todo el espacio del
mundo en las playas de La Manga. ¡Aquí no hace falta madrugar para plantar
la sombrilla!

Los dos mares de La Manga en un vistazo: al Oeste ( a la derecha de la imagen), Playa Chica y el Mar Menor. Al Este (a la izquierda), la enorme playa del Pudrider y el Mediterráneo.  En primer plano y en el centro, el chalet "El Puente". 

Volvemos al Mar Menor y continuamos remando en dirección Sur.

Estos tríplex anuncian la cercanía de la playa marmenorense del Estacio.

Llegamos a la playa del Estacio, el punto desde el que hemos saltado al Mediterráneo en la primera parte de nuestra travesía.


Continuamos remando frente a la escollera que separa las instalaciones portuarias del Mar Menor,
justo antes de cruzar la Gola del Estacio.

Tras cruzar la Gola del Estacio remamos junto a las terrazas de la
Cornisa de Poniente, que en unas horas disfrutarán de una alucinante
puesta de sol sobre el Mar Menor.

Alcanzamos el paseo de Frente Marino. ¡Ya casi hemos llegado!

A escasos metros del final de nuestra travesía remamos frente al restaurante Paquebote, con su típica silueta de barco.

Tras 12 km de travesía, 6 en dirección norte y 6 en dirección sur,
desembarcamos en la playa de Matas Gordas.

¡Hasta la próxima travesía!

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