![]() |
Localización del Pedrucho, escenario de nuestra travesía Imagen: Cartomur, modificada por Antonio Martínez "Xaloc" |
El punto de partida y de llegada de esta travesía es el lugar conocido como El Pedrucho, en el km 9 de La Manga. Este punto kilométrico representa la mitad exacta de La Manga urbana, que se extiende a lo largo de 18 km, desde Cabo de Palos, al sur, hasta Veneziola, al norte.
Los 6 km restantes del cordón litoral -que en total mide 24 km- corresponden a La Manga natural, los arenales y salinas de San Pedro, que se extienden al norte de Veneziola hasta El Mojón, protegidos desde 1985 y separados de La Manga urbana por una serie de canales.
Saldremos de la cala del Pedrucho, a orillas del Mar Menor, y nos dirigiremos hacia el sur para "saltar" al Mediterráneo en uno de los puntos más estrechos de La Manga; entonces remaremos 1,5 km hacia el norte y volveremos al Mar Menor caminando escasos metros, remando hacia el sur para alcanzar la cala de la que salimos.
![]() |
Travesía de circunnavegación del Pedrucho Imagen: Cartomur, modificada por Antonio Martínez "Xaloc" |
![]() |
Travesía de circunnavegación del Pedrucho Imagen: Google Maps, modificada por Antonio Martínez "Xaloc" |
Calcarenitas del Pedrucho junto al Mar Menor |
El Pedrucho es un largo promontorio rocoso que forma parte
de un umbral de areniscas calcáreas de unos 7 millones de años de antigüedad (Mioceno Superior), sobre el que mucho después se fueron depositando
masas de arena. Dicho umbral está sumergido en casi toda su extensión, pero aflora
en este punto, además de en otros lugares de La Manga.
Durante siglos, el Pedrucho ha tenido la función de cantera: sus rocas han ayudado a taponar los socavones que los temporales de levante ocasionaban en la fachada mediterránea de La Manga. Hoy, el promontorio se encuentra totalmente edificado, pero las rocas son visibles junto al Mar Menor.
Tras esta lección de geología nos adentramos con nuestra tabla en las aguas del Mar Menor desde la cala del Pedrucho, una pequeña playa protegida por el promontorio. Estamos a 12 de julio y a pesar de que es temprano, el calor ya aprieta. Desde poniente empiezan a llegar nubes que no consiguen ocultar el sol.
Mi tabla Starboard Blend Camo Black 11.2 x 30, en la Cala del Pedrucho |
Superamos las redes antimedusas (hablaré de estas "adorables" criaturas en otros post). A la vista tenemos la Isla del Barón, de origen volcánico, como las otras 4 islas de la laguna, y con una antigüedad de 6,6 – 7 millones de años. Situada a solo 2 km de La Manga, también es conocida como isla Mayor (con sus 104 m de altura es la más grande de las islas marmenorenses y de toda la costa murciana), pero debe su nombre más popular al Barón de Benifayó, Julio Falcó d'Adda, quien a fines del siglo XIX fue condenado a vivir cautivo en ella tras matar a otro hombre en duelo. Una vez finalizado su cautiverio y enamorado del paraje, el barón mandó construir el palacete neomudéjar que aún vemos hoy en día. La isla, protegida con las figuras ambientales de LIC (Lugar de Interés Comunitario) y ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves), es propiedad privada, por lo que está prohibido acceder a ella: sigue en manos de los descendientes del barón, siendo su propietaria actual Ana María Navarro Figueroa, marquesa de Sierra Nevada.
La isla del Barón, la mayor de las que contiene el Mar Menor |
Nos dirigimos hacia el sur, y dejamos atrás la Punta del Pedrucho, prácticamente sepultada por los edificios. Sobrepasamos la Punta del Pedruchillo, donde nuevamente aflora el umbral de calcarenita. Pasamos junto al pequeño embarcadero de la compañía Solaz Lines, cuyos barcos recorren el Mar Menor mostrando al visitante los lugares de interés.
La Punta del Pedruchillo y el embarcadero de Solaz Lines |
En el horizonte distinguimos el Cabezo de la Fuente: con sus 342 metros de altura, es el emblema del parque natural de Calblanque, que cuenta con 13 km de costa mediterránea salvaje protegida desde 1987.
El Cabezo de la Fuente, que forma parte de las Cordilleras Béticas, preside el sur del Mar Menor |
En la urbanización del Pedruchillo, construida sobre la punta rocosa, se encuentra la escuela de vela del mismo nombre, donde se pueden alquilar tablas de SUP.
Punta del Pedruchillo y urbanización del mismo nombre, a orillas del Mar Menor |
Giramos al este (a nuestra izquierda, puesto que vamos remando hacia el sur) para desembarcar en la playa del Pedruchillo, junto al restaurante Área Sunset, en cuya terraza se celebran bodas coincidiendo con la puesta de sol.
Playa del Pedruchillo: terraza Área Sunset y escuela de vela |
A pocos metros de la orilla pasamos junto a un parque acuático de inflables, que a esta hora de la mañana (alrededor de las 10) aún no han sido ocupados por los niños.
Inflables en el Mar Menor junto a los edificios Hawaii |
Gran Vía de La Manga: a la izquierda, el Mar Menor y la Punta del Pedruchillo; a la derecha, los edificios Hawaii |
A la vista tenemos la isla Grosa, cuyo nombre es de origen catalán (grossa significa grande en este idioma), nada sorprendente si tenemos en cuenta que en la conquista y repoblación de la franja costera del antiguo reino de Murcia tuvo gran importancia el elemento humano de esta procedencia. De origen volcánico como las 5 islas del Mar Menor y con la misma antigüedad (6,6-7 millones de años), la Grosa se encuentra a 2,5 km de La Manga y tras su característica silueta, de 98 m de altura máxima, se refugiaron piratas berberiscos hasta el siglo XVIII.
Protegida con las figuras ambientales de ZEPA y LIC, también posee un importante patrimonio arqueológico sumergido que evidencia la importancia de esta isla como punto de referencia para la navegación, desde las incursiones fenicias hasta nuestros días. Precisamente este verano de 2014, la Asociación de Amigos del Museo Nacional de Arqueología Subacuática (AdARQVA), sito en Cartagena, y Arqueomar, empresa especializada en arqueología, de Cabo de Palos, han presentado el Proyecto Isla Grosa, cuyos objetivos son estudiar y poner en valor los yacimientos del entorno de esta isla y poner en marcha una escuela de arqueología subacuática. SUPLaManga aplaude esta excelente iniciativa, que sin duda supondrá un gran atractivo para el turismo cultural en La Manga.
Playa del Pedrucho, Mar Mediterráneo e Isla Grosa |
Estamos en la playa más larga de La Manga: 9 km de arena que se extienden, formando un gran arco abierto a levante, desde el Monte Blanco, al sur, en el punto kilométrico 3, hasta el dique de Puertomayor, al norte, en el punto kilométrico 12. Esta enorme playa, que nunca veremos atestada de gente (ni siquiera hoy, sábado 12 de julio), carece de un nombre único, por lo que cada tramo se conoce con una denominación distinta. El sector al que acabamos de llegar recibe el nombre de Playa del Pedrucho, por el promontorio rocoso que sirvió de apoyo para las arenas de esta zona de La Manga.
La playa del Pedrucho, en el km 9 de La Manga, no conoce las aglomeraciones |
Nos adentramos en el Mediterráneo con nuestra tabla. Una vez a una distancia prudencial de los bañistas, remamos en dirección norte, costeando y disfrutando de la ligera brisa que se ha levantado. En esta remada lineal de aproximadamente 1,5 km, vemos cómo se asoman a la playa zonas de edificios combinadas con zonas de chalets; estas últimas presentan una bajísima ocupación incluso en pleno agosto, lo que constituye uno de los grandes atractivos de La Manga: ¡nunca tendrás que pelearte con tu vecino por poner su toalla demasiado cerca de la tuya!
Los edificios Hawaii vistos desde el Mar Mediterráneo |
El barrio del Pedrucho desde los edificios Hawaii: a la derecha, el Mediterráneo; a la izquierda, el Mar Menor |
Mientras remamos hacia el norte, en paralelo a la zona de chalets que ocupa el sector central de la playa del Pedrucho, las nubes avanzan con rapidez desde el Mar Menor, pero van desapareciendo gracias a la brisa de levante, que riza levemente la superficie del Mediterráneo.
Las nubes llegan al Mediterráneo desde el Mar Menor pero no consiguen nublar el cielo |
Sábado 12 de julio de 2014: ¡Todo el espacio del mundo en la playa del Pedrucho! |
Tramo central de la playa del Pedrucho, ocupado por chalets; tras los edificios se encuentra el Mar Menor |
Dejamos atrás la zona de chalets y alcanzamos la zona norte del barrio del Pedrucho, remando frente a las urbanizaciones Villa Morena y Los Ibicencos.
De izquierda a derecha: los edificios Villa Morena, Ibicencos y Martinique, desde el Mediterráneo |
Urbanización Los Ibicencos, en el extremo norte de la playa del Pedrucho |
Tras remar 1,5 km llegamos frente al chiringuito La Paillote, que desde 2002 aporta un toque francés (concretamente marsellés) a la playa del Pedrucho. Desembarcamos y nos refugiamos un momento bajo las sombrillas del chiringuito, donde podemos reponer fuerzas tomando un refresco mientras observamos la silueta de la isla Grosa en el horizonte.
El toque chic marsellés (¡con banderas españolas!) del chiringuito La Paillote |
Mi tablica Starboard "descansando" en La Paillote |
Con la tabla bajo el brazo, dejamos La Paillote y cruzamos de nuevo la Gran Vía, esta vez en dirección al Mar Menor. Pasamos junto al edificio Martinique, que se encuentra en el km 10 de La Manga, y tras escasos metros llegamos a la pequeña playa que hay al pie del edificio.
Vista desde la planta 11 del edificio Martinique: a la izquierda, el Mediterráneo, que acabamos de recorrer; a la derecha, nos espera el Mar Menor |
Nos adentramos un poco en el Mar Menor y remamos hacia el sur, buscando la cala del Pedrucho. En este tramo del litoral marmenorense de La Manga, la avenida principal se construyó, hace 50 años, encima de la playa, sepultándola bajo el cemento, con el objetivo de obtener mayor espacio edificable en la fachada mediterránea. El pequeño y coqueto paseo marítimo que bordea la Gran Vía en este sector, con bancos orientados hacia el mar y vistas a la isla del Barón, no consigue ocultar el atentado medioambiental que se cometió aquí. ¡Sin comentarios!
Las urbanizaciones Los Ibicencos y Villa Morena vistas desde el Mar Menor |
Pasamos frente a la Punta del Bolondo, hoy prácticamente sepultada bajo el edificio Dominique, y flanqueada por dos pequeñas calas que se salvaron de la furia urbanizadora.
De izquierda a derecha: edificios Martinique, Ibicencos, Villa Morena y Dominique, este último sobre el Bolondo |
Inmediatamente distinguimos las estribaciones rocosas del promontorio del Pedrucho, y la cala desde la que iniciamos nuestra travesía de circunnavegación de este sector central de La Manga. En total hemos realizado un recorrido de unos 3,5 km remando por el Mar Menor y el Mediterráneo.
Cala del Pedrucho junto al Mar Menor, inicio y final de nuestra travesía |
¡Vuestros comentarios son bienvenidos! ¡Hasta la próxima travesía!
Qué maravilla! Es como haber ido remando contigo! Qué fotos más bonitas, sigue compartiéndolas y sobre todo tus conocimientos sobre ese paraíso que es La Manga!
ResponderEliminarHasta el próximo paseo!
¡Muchas gracias! Esa es la intención, seguir remando y compartiendo... :- ¡Espero tu comentario en el próximo paseo!
ResponderEliminarGracias por tu comentario, Esther :-) Sí, es una perspectiva totalmente distinta a la que se tiene desde tierra, ¡esa es la gracia del SUP! Y la sensación de libertad, ya ni te cuento :-) ¡Es un deporte totalmente adictivo!
ResponderEliminarJoaquín Ed. Física
ResponderEliminarMe parece un blog precioso por sus fotos y por como viene todo explicado, una idea genial para conocer la manga y descubrir este deporte.
felicidades fiera, sigue disfrutando tío
¡Gracias por tu comentario, Joaquín! Esos son precisamente los objetivos del blog: dar a conocer el SUP y La Manga... ¡además de pasármelo bien haciéndolo, claro!
EliminarBuenísimo Antonio! con el respeto que le tengo al agua (y algo de miedo) tal lo explicas dan muchas ganas de dar un paseo marítimo guiado en tabla, por cierto buenos comentarios tanto en la crítica de la destrucción de la costa como con el sarcasmo hacia los niños y sus colchonetas jajaja . Tengo muchas ganas de probarlo ahora, Jo!
ResponderEliminarBingo, al mar siempre hay que tenerle respeto, jeje... Pero eligiendo bien el momento y no pasándose de temerario, bien está... ¡Si lo pruebas te enganchas, garantizado! Gracias por tu comentario, ¡espero más en mis siguientes travesías!
Eliminar